Un reciente estudio revela cómo la activación sostenida de mTORC1, una proteína clave en la regulación celular, impulsa la senescencia celular al aumentar el daño en el ADN y la inflamación, incluso en células que ya no se dividen. La senescencia, vinculada al envejecimiento y a enfermedades relacionadas, ocurre cuando las células dejan de dividirse y acumulan daño genético persistente. Los investigadores observaron que la señalización de mTORC1 induce este daño en el ADN al activar transcripciones que promueven la inflamación, y que este daño persiste incluso después de la degradación de la proteína p16, que normalmente detiene el ciclo celular.
Además, el estudio identifica que la actividad de E2F, un regulador de la reparación del ADN, es crucial para contrarrestar los efectos del daño causado por mTORC1. Sin embargo, en las células senescentes, la baja actividad de E2F impide que se repare el ADN, lo que mantiene el estado de senescencia y el daño persistente. Estos hallazgos abren una posible vía para revertir el daño en células envejecidas, lo que podría tener implicaciones en terapias contra el envejecimiento y en mejorar la salud celular a nivel molecular.
Daigh, L.H., Saha, D., Rosenthal, D.L. et al. Uncoupling of mTORC1 from E2F activity maintains DNA damage and senescence. Nat Commun 15, 9181 (2024). https://doi.org/10.1038/s41467-024-52820-6
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